LOS PERROS MUERTOS
I
Los muertos se van rápidamente
pero ensucian la tierra sobre la que caminan.
¡Muestrense todos, pálidos cobardes ocultos en la oscuridad!
los idiotas hambrientos dispuestos a escuchar
también los idiotas dispuestos a aplaudir
¡A callar ya!
Dejémonos de masacres silenciosas
y cumplir los caprichos de falsos profetas.
Que todos se enteren de mi desprecio
hacia ese enemigo indigno,
ese diminuto ser que alza la voz insolentemente:
¡el hombre!
II
Fe,
fortaleza de paredes blandas
construida sobre la árida tierra
donde antes ardió un bosque esplendoroso.
A veces los recuerdos apuñalan,
son fantasmas caprichosos
Embriaguémonos de la estupidez ajena
hasta que la propia sea insoportable.
Compadezcámonos de todos ellos,
todos esos seres que se pierden en la multitud
buscando escapar de si mismos.
Despierta,
aprende a respirar de nuevo
intenta mover tus músculos caprichosos
vuelca los ojos sobre los vasos vacíos
Navega por ese mar que oculta
un sin fin de tesoros desconocidos
y bellezas que nunca has visto.
III
¡Ah!
Triste recuerdo de aquella
inocente caminata por las viejas avenidas,
por caminos aleatorios en el laberinto.
Tristes ornamentos móviles
dispuestos a cualquier cosa,
todo por una mirada,
por una fugaz sonrisa.
Hay muchas mascaras en la galería
se puede escoger cualquiera
las marionetas son fáciles de complacer.
Corte de cabello una vez al mes,
sexo tres noches a la semana,
gimnasio una hora al día,
desesperanza una vez por minuto.
Desconozco en que forma vendrás,
sea la que sea, dolerá.
se de tus intenciones secretas,
de tus placeres ocultos.
Conozco cada uno de tus sutiles movimientos.
¡Mira a tu alrededor!
Los árboles enormes, fuertes y de ramas secas
cadaveres putrefactos cuelgan de sus intestinos.
Frutos malditos, oportunidades desperdiciadas.
No se puede alzar demasiado la voz
se corre el riesgo de ser quemado vivo.
Arráncate un pedazo de carne,
lánzalo a donde puedan verlo
y diviértete mirando como se pelean por el,
mientras escuchas todos sus ladridos.
Ecos,
sonidos revoloteando en la habitación,
sonido duro y constante,
como martillazos que no paran un segundo,ignorando tus suplicas.
Llanto de fetos abortados tirados en el inodoro.
IV
Ocupe una butacano había nadie más en toda la sala.
Empezó la proyección.
Una mujer grito a media ceremonia,
la miraban esas enormes estatuas
vestidas de blanco.
Un diminuto ser emergió de entre sus piernas.
El resto de la función no me divirtió tanto,
solo constantes repeticiones,ni alegría ni tristeza,
solo el vivir por mera inercia,
el respirar mecánicamente por alguna razón.
Sin ningún estremecimiento extra que me conmoviera.
V
No soy poeta,
soy solo un pobre estupido
que escribe porque no puede dormir.
La originalidad es castigada,
no existe refugio para el verdadero artista.
No necesitamos un poema
que se repita a si mismo un millón de veces,
Necesitamos un nuevo modelo,
un nuevo proceso creativo.
Nadie puede describir con certeza una pintura,
Las películas se consumirán a si mismas,
Nadie puede recordar una novela al pie de la letra,
la poesía sobrevivirá,
será la última flama artística,
el último vestigio de humanidad,
la ultima de las majestuosas torres.
Los capullos ocultos bajo la tierra gestan
en su interior la nueva formade los que están por venir.
VI
El intruso derribo la puerta,
lo había preparado perfectamente,
muy temprano tomo su pala y cavo
lo suficiente para tener a su disposiciónuna majestuosa tumba familiar.
Tomo lo que quería,apuñalo, violo y destruyo.
El asesino volteo los espejos de la casa
solo para no verse llorar.
VII
Por fin saboree la libertad,
pude llenar mis pulmones de aire renovado.
Toque el pavimento caliente
Me arrastre, dejando trozos de piel en el camino
el sol castigaba, como de costumbre,
así fue, no soporte mas esta inmundicia,
solo fui y me revolqué entre los perros muertos.
Gonzalo Reyes
Mexico 2003