Aquella tarde, cuando juntos caminábamos
por las bellas calles de esta ciudad.
Los palacios nos rodeaban, los vendedores
nos ofrecían fruta fresca
y un mendigo en la esquina rogaba por una moneda
Sentiste la primer gota del diluvio
negra y ardiente fue a dar en tu mejilla
pensé que jugabas, mas al sentir
caer la lluvia en mi frente
me di cuenta que esta quemaba
La gente comenzó a gritar
al sentir que la piel se les desprendía
al ser tocados por la lluvia negra
Sentí tu mano separarse de la mía
y vi tu rostro fundirse lastimosamente
Tus ojos corriéndose casi hasta el cuello
Tu boca torcida en un gesto de dolor
Tu cráneo cada vez mas desnudo
Las calles fueron invadidas por pedazos de carne
que se desprendían de la gente
que era tocada por las gotas de lluvia
Los pedazos humeaban y hedían de manera que no imaginas...
Vi mis manos desvanecerse poco a poco...
Vi la gente retorciéndose de dolor...
Vi la carne viva fundirse...
Vi como todo termino hecho carroña...
Supongo que después salió el sol
y seco ese desastre de agua oscura y ardiente...
Pero no viví lo suficiente
como para poder asegurarlo...
Gonzalo Reyes 2000
sábado, 1 de marzo de 2008
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